viernes, 23 de enero de 2009

El Pez.


Hay una historia acerca de un pequeño pez que se acerca nadando a un pez amigo, mayor y más sabio, y le dice: "No dejas de hablar del agua. He estado buscándola por todas partes y no hay manera de encontrarla en ningún sitio. He estudiado todos los textos, he practicado y me he adiestrado diligentemente, y he tenido contacto con los que la han conocido, pero no he dado con ella". El viejo pez sabio dice: "Sí, querido. Como te digo siempre, no sólo estás nadando en ella ahora mismo, sino que también estás compuesto de ella". El pequeño pez menea la cabeza lleno de frustración y se aleja nadando y diciendo: "Quizá la encuentre algún día".

Catherine Ingram.

viernes, 9 de enero de 2009

El libre albedrío.


No creo en absoluto en la libertad humana en el sentido filosófico. Todos actuamos no sólo bajo la presión externa, sino también en función de la necesidad interna. La frase de Shopenhauer: "Un hombre puede hacer todo lo que quiera, pero no querer lo que quiera", ha sido para mí desde mi juventud, una auténtica inspiración. Ha sido un constante consuelo en las penalidades de la vida, de la mía y de la de los demás, y un manantial inagotable de tolerancia. El comprender esto mitiga, por suerte, ese sentido de responsabilidad que fácilmente puede llegar a ser paralizante, y nos imp¡de tomarnos a nosotros y tomar a los demás excesivamente en serio; conduce a un enfoque de la vida que, en concreto, da al humor el puesto que se merece.

Albert Einstein.

Confianza en Sí mismo.


Otro temor que nos aleja de la confianza en nosotros mismos, es nuestra consecuencia: la reverencia por nuestros actos o palabras pasadas. Porque los ojos de los demás no tienen otros elementos para calcular nuestra órbita que nustros actos pasados, y no nos sentimos con ánimo de defraudarlos.

Pero ¿por qué hemos de tener la cabeza vuelta hacia atrás? ¿Por qué arrastrar el cadáver de la memoria, para no contradecir algo que hemos dicho en éste o en aquel lugar público?

Supongamos que tuviéramos que contradecirnos, ¿y qué?...

Vivid siempre un nuevo día.

Ralph Waldo Emerson.