martes, 25 de agosto de 2009

Y si todavía encuentras algo...


- Las alturas guían, pero en las alturas.

- Quería estar en algo para no estar en todo.

- Te ayudaré a venir si vienes y a no venir si no vienes.

- No, no entro. Porque si entro no hay nadie.

- El hombre, cuando no se lamenta, casi no existe.

- El árbol está solo, la nube está sola. Todo está solo cuando yo estoy solo.

- A veces, de noche, enciendo una luz para no ver.

- Como me hice, no volvería a hacerme. Tal vez volvería a hacerme como me deshago.

- Se pueden tender puentes para salvar vacíos, pero no en un total vacío como tu total vacío.

- En mi silencio sólo falta mi voz.

- En la fuente de mi sed, bebí hasta agotar mi sed.

- Cuando yo muera, no me veré morir, por primera vez.

- Cuanto sé no me sirve ni para saberlo.

- Algunas cosas, para mostrarme su inexistencia, se hicieron mías.

- En mi viaje por esta selva de números que llaman mundo, llevo un cero a modo de linterna.

- Desde que yo solo sé qué me sucede, no me sucede nada.

- Mi última creencia es sufrir, y comienzo a creer que no sufro.

- Y si todavía encuentras algo, no has perdido todo. Te falta perder algo, todavía.

- ¿Qué cuentas a tus ideas contándoles tus ideas?

- Mi yo ha ido alejándose de mí. Hoy es mi más lejano tú.

- Si yo te diera la vida, ¿qué podría darte?

- Mi sed agradece un vaso de agua, no un mar de agua.

- No me hables. Quiero estar contigo.

- Quien hace un paraíso de su pan, de su hambre hace un infierno.

- Yo le pediría algo más a este mundo, si tuviese algo más este mundo.

- Lo profundo de mí es todo. Pero es todo sin yo. Es que todo lo que es profundo solamente es todo.

- Quisieras ir donde no estás. ¿Y dónde no estás?

- Me ha sucedido una pequeña tontería. Y el mundo se ha hecho otro y el mismo universo se ha hecho otro. ¡Qué gran tontería, el mundo y el mismo universo!

- Sí, estoy en una sola parte, pero desde todas las partes, no desde una sola parte. Desde una sola parte no estoy en ninguna parte.

- Solamente donde puedo estar todo siento que está todo. Y a veces hasta en nada puedo estar todo. Y a veces ni en todo puedo estar todo.

- Ahora puedes amar siempre y amar todo. Porque ahora puedes amar sin lo amable.

- El viaje: un partir de mí, un infinito de distancias infinitas y un arribar a mí.

- Me iré de tí, pero tú no te vayas de mí. Porque me iré de tí como me voy de todo, sin que nada se vaya de mí.

Antonio Porchia.

sábado, 1 de agosto de 2009

¿Hay algo que hacer?


Si hay un sentido de separación, un sentido de "Yo" estoy situado aquí dentro y/o soy el cuerpo, entonces esa creencia/sensación vela (parece velar, aunque realmente nunca lo haga) la realidad de nuestra experiencia. La realidad de nuestra experiencia es que somos la Consciencia ilimitada, a la vez testigo y sustancia de toda experiencia. Con este velar aparente de nuestra verdadera naturaleza, viene el velar aparente de la paz y felicidad que es inherente a ella. Y el velo de la felicidad es lo que se conoce como sufriemiento, y el sufrimiento es, por definición, la búsqueda de la felicidad. Si no hubiera búsqueda de la felicidad, en otras palabras, si estubiéramos completamente satisfechos con la situación actual, no habría sufrimiento. Por lo tanto, el velo de la felicidad, sufrimiento y la búsqueda de la felicidad son todos sinónimos. Otro nombre para esta búsqueda es "la persona", "la entidad". Habiendo entendido esto podemos decir, más simplemente, que la aparente entidad separada es la búsqueda de la felicidad. La aparente entidad separada es la creencia de que hay algo que podemos y debemos hacer para encontrar la felicidad. Es completamente falso decir, como esta aparente persona, "No hay nada que hacer". La entidad separada es ya el hacer, un rechazo de la situación actual, una búsqueda de la felicidad. Si como una persona nosotros sentimos que no hay nada que hacer, solo estamos engañándonos a nosotros mismos, cubriendo con un barniz de advaita sensaciones incómodas a las que no tenemos ni la inteligencia ni el corage de afrontar. Tarde o temprano, en la privacidad de nuestros corazones, nuestro sufrimiento resurgirá y nos obligará a buscar la felicidad. Si como una persona sentimos que no hay nada que hacer, estamos en una posición peor que uno que no ha oído nunca de la enseñanza, porque no sólo somos el sufrimiento, si no que además por enrollarnos en el razonamiento, nos negamos a nostros mismos de manera significativa el medio por el cual podemos ver el origen (y por lo tanto la salida), de nuestro sufrimiento. Por lo menos uno que está sufriendo y buscando en un sentido convencional tiene la posibilidad de explorar su experiencia y de llegar a una comprensión de la naturaleza del sufrimiento. Si nos negamos a nostros mismos esta posibilidad nos quedaremos atascados. En la terminología de la India Tamas que se disfraza de Satva, la inercia y el miedo disfrazándose como paz. Entonces, ¿qué debemos hacer? Buscar el entendimiento, no el entendimiento intelectual, sino que el "entendimiento experiencial", el ver con claridad. La ignorancia, es decir, la ignorancia de la verdadera naturaleza de la experiencia, no puede ser vista claramente, pero se desvanece como una sombra cuando pones luz sobre ella. Nunca puede ser encontrada. Es por ello que en la India no la llaman "ignorancia". Ellos la llaman "la ilusión de la ignorancia". Haga lo que sea necesario hacer para ver que la ignorancia y el sufrimiento, que es su acompañante, no existen. Que no hay nada que hacer y nadie para hacerlo puede ser el resultado de esta investigación. Si esto es así, se convierte en su propio conocimiento inquebrantable, que no necesita de la confirmación de ninguna fuente externa. Sin embargo, en casos extremadamente raros, esta investigación de la creencia en la separación en el nivel de la mente y la exploración de la sensación de estar situado en y como el cuerpo, es un requisito previo a la comprensión de la experiencia. Sin ésto, "no hay nada que hacer" y "no hay nadie para hacerlo", simplemente se convierten en una nueva creencia y el advaita degenera de una comprensión viva de la experiencia a otra religión.

Rupert Spira.