viernes, 22 de mayo de 2009

No somos el cuerpo.


Debido a que usted identificó erróneamente a su propio yo con el cuerpo, usted piensa en la otra persona en función del cuerpo. Ni usted ni la otra persona son el cuerpo...

El nacimiento del pensamiento del "yo" es nuestro propio nacimiento, la muerte del pensamiento del "yo" es la muerte de la persona. La identidad errónea con el cuerpo surge después que surgió el pensamiento del "yo". Al pensar que usted es el cuerpo, usted da valores falsos a los demás y los identifica con los cuerpos. Así como su cuerpo nació, crece y perecerá, de igual modo usted piensa que la otra persona nació, creció y murió. ¿Usted pensaba en su hijo antes de que éste naciese? Éste pensamiento surgió después que éste nació y persiste incluso después que él muera. En la medida en que usted piense en él, él es su hijo. ¿Adónde ha ido él? El ha ido al origen del que surgió. Es uno con usted. Mientras usted exista, él está también allí. Si usted cesa de identificarse con el cuerpo y sólo ve al Yo real, esta confusión cesará. Hasta que esta verdad se comprenda, existirá siempre este pesar debido a los valores falsos que surgen del conocimiento erróneo y de la identidad errónea...

Libérese del pensamiento del "yo". Mientras el "yo" está vivo, hay pesar. Cuando el "yo" cesa de existir, no hay pesar.

Sri Ramana Maharshi.

martes, 12 de mayo de 2009

Creación.


Por ignorancia de las enseñanza expuesta hasta aquí por nosotros surge la suposición de una Creación; como el absoluto error fundamental de toda falsa Metafísica y enseñanza religiosa, y particularmente como el primer principio del Judaísmo y del Paganismo. Obligados a reconocer la absoluta unidad y la inalterabilidad del Ser divino en sí mismo, y por otro lado no queriendo renunciar a la existencia independiente y verdadera de las cosas finitas, ellos hicieron salir a estas últimas ( las cosas) del primero (Ser divino) mediante un acto de absoluto poder arbitrario, con lo cual a ellos ante todo el concepto de Divinidad se les pervirtió en su esencia y fué dotado de un poder arbitrario que compenetró al sistema religioso en su totalidad; acto seguido la razón fué para siempre trastornada y el pensamiento transformado en un fantasear onírico, pues una Creación no puede ser pensada en forma conveniente -lo que realmente se llama pensar- y jamás ningún hombre la ha pensado así. Especialmente, en lo que se refiere a la enseñanza de la religión, postular una Creación es el primer criterio de falsedad, negar una tal Creación en el caso de que ella pueda haber sido postulada por una precedente enseñanza religiosa, es el primer criterio de verdad de esta enseñanza religiosa...

Fuera de Dios nada existe en absoluto, y en el sentido propio de la palabra, por lo tanto nada existe fuera del Conocimiento: y este Conocimiento es la propia existencia divina, pura y simplemente y en forma inmediata; y en tanto Nosotros somos el Conocimiento, somos nosotros mismos, en nuestra raíz más profunda, la existencia divina. Todo lo demás, que se manifiesta ante nosotros como existencia -las cosas, los cuerpos, las almas, nosotros mismos, en tanto nos atribuímos un ser autónomo e independiente-, no es en absoluto verdadero ni existe en sí, sino existe solamente en la Conciencia y en el pensamiento como algo "concienciado", y pensado, y de ninguna otra manera en absoluto...

Dios es interiormente en sí Uno, no múltiple; Él es en sí Uniformidad, sin alteración ni cambio; y ya que Él existe justamente así, como Él es en sí mismo, así el existe como Uno, sin alteración ni cambio; y ya que el Conocimiento -o Nosotros-, somos esta misma existencia divina, entonces no pueden tampoco en Nosotros, en tanto nosotros somos esta existencia, tener lugar ninguna alteración o cambio, ninguna multiplicidad ni diversidad, ninguna separación, ninguna diferenciación, ni tampoco ninguna fisura.

Johann Gottlieb Fichte.

domingo, 10 de mayo de 2009

Testigo.


Tienes que considerar atentamente esto: de la misma manera que el que ve un jarrón es distinto del jarrón mismo, y de ninguna manera se identifica con él, así yo, que veo el cuerpo burdo, no soy este cuerpo. De la misma manera debes reconocer que se llega a la siguiente conclusión: yo, que soy testigo de los órganos sensoriales..., no soy esos mismos órganos.

Medita pues así: yo no soy ni la mente, ni el intelecto, ni tampoco la fuerza vital del cuerpo...ni tampoco su combinación. Discrimina claramente y con inteligencia que el Testigo-Vidente es distinto de todo lo que es objeto de percepción.

Medita así: Yo soy Eso ante cuya presencia todos aquellos entes inertes como el cuerpo, los sentidos, etc., se vuelven capaces de producir actividad de manera dependiente.

Medita así: Yo soy Aquel que por naturaleza carece de todo cambio, y, siendo el interior (de todo), impulsa al intelecto y a las demás funciones al movimiento...

Medita así: Yo soy Aquel gracias a cuya vecindad el cuerpo, los sentimientos y las fuerzas vitales, aunque inertes por sí mismos, parecen dotados de conciencia como el Sí Mismo.

Adi Sankara.