martes, 21 de septiembre de 2010

Sufi.


- Alguien llegó a la puerta del Amigo y llamó.

- ¿Quién es?
- Soy yo.

El Amigo replicó.

- Vete. En esta mesa no hay lugar para carne cruda.

Así, el peregrino continuó su camino durante un año.
Nada, excepto el fuego de la separación,
puede transformar la hipocrecía y el ego. Aquella persona volvió,
completamente abrasada,
caminó delante de la casa del Amigo de un lado al otro,
y llamó suavemente.

- ¿Quién es?
- Tú.
- Entra, por favor, mi Yo,
para dos no hay lugar en esta casa.

Rumi.

- En el mercado, en el convento, sólo a Dios vi.
En el valle y en la montaña, sólo a Dios vi.
A Él vi a menudo junto a mí en momentos de tribulación.
En gracia y fortuna, sólo a Dios vi.
En oración y ayuno, en adoración y contemplación,
en la religión del profeta, sólo a Dios vi.
Ni alma, ni cuerpo, ni circunstancia ni substancia,
ni cualidades ni causas, sólo a Dios vi.
Cual vela en Su fuego me derretí;
entre las llamas centelleantes, sólo a Dios vi.
Con mis propios ojos, a mí mismo más claramente vi,
mas al mirar con los ojos de Dios, sólo a Dios vi.
desaparecí en la nada, me desvanecí.
Y, he aquí, que yo era el Todo-Vida: sólo a Dios vi.

Bâbâ Kûhî.

viernes, 10 de septiembre de 2010

La persona está en permanente cambio...


- María Luisa : La persona está en permanente cambio, insertada en su laberinto de movimientos y muchas veces se espera a que la persona esté realizada para poder ayudar a los demás. ¿Cómo es esto?

- R. Malak : La tradición, en sus documentos, ha descrito en forma reiterada que nadie realiza, que no es algo que se obtenga. Sin embargo, esas mismas enseñanzas hablan de un buscador, de un discípulo, de un iniciado, de un aprendiz, un sujeto al que se le recomienda que, para obtener la comprensión, debe seguir algunos pasos como la auto indagación, corregir defectos evidentes, tranquilizar la mente y reconocer el ego, muchas y variadas recomendaciones que principalmente apuntan a que la mente se tranquilice. Hay muchas técnicas que ayudan al que está en el sendero para darse cuenta en que lugar se encuentra en el laberinto. La falta de capacidad para reconocernos genera una imagen de nosotros formada de etiquetas externas con las que nos identificamos, formando un falso yo, el cual se va separando con cada vivencia, separación producida al perseguir o rechazar, lo que además provoca una inseguridad que se presenta como sufrimiento.
La observación incorrecta se da en cualquier proceso del pensamiento basado en ataduras, en el odio y en el desconocimiento. En cambio, observar correctamente provoca paz interior, conciencia que presencia sin tendencias, es uno mismo enlazado y unido con ellas. Se intenta demostrar que reconozcamos que al inicio estamos tan vinculados a lo superficial como a lo esencial, sin embargo al llegar a la quietud interior de la observación sin juicio, lo esencial va a distinguirse por sobre lo superficial. Tomar conciencia de la unidad sucede cuando el hacer está en armonía con el Ser y el conocer, siendo lo indescriptible la fuente y a su vez el fruto de esa armonía. Esa realidad fundamental está más allá de la observación sin juicio y de los estados limitados por el tiempo y el espacio, y es preciso reconocer además que la realidad siempre es, por lo que no hay realizados sino que existen los que están en la comprensión de la realización.

R. Malak - Maria Luisa (Resplandor No-dual. Ed. Lulu. 2.009)