sábado, 31 de octubre de 2009

Espíritu y materia son una sola Unidad.


La Verdad está en todas partes, y ella es mi Ser Amado. La Vida anima a todos los seres y cosas, y ella es mi Ser Amado. La Dicha eterna palpita en el corazón de todos los objetos, y ella es mi Ser Amado. La Luz ilumina el universo entero, y ella es mi Ser Amado. La Fuerza activa toda la naturaleza, y ella es mi Ser Amado. La Paz perenne conforma y anima cuanto es visible y percibido, y ella es mi Ser Amado. ¡Oh verdad siempre existente! ¿Como puedo concebirte y describirte?
Soy testigo del silencio que guardo y de las palabras que pronuncio. Soy silencio y palabra. ¡Qué maravilla! ¿Puedo decir que esta es una experiencia mística? Es más profunda y vasta que la mística. Entonces, ¿qué es? Es un secreto inexpresable.
Dios y el Alma: Dios es el Alma. El Alma es Dios. Las vestimentas del Alma -todos los cuerpos y formas- son también Dios. Espíritu y materia son esencialmente lo mismo. El Espíritu en movimiento es energía. La energía condensada es materia.
No hay existencia interna y externa. La Existencia Divina es todo en todos. Solamente existe Eso en todos los aspectos. Eso, Ella o El (todo es mi Amado): la Verdad, Dios. Dios es forma y también sin forma. Me empeñé en conocerle, y me convertí en El. Cada pensamiento y cada sentimiento mío son inspirados por esta experiencia: Yo Soy El.
La Vida es espacio. La Vida es tiempo. La Vida es causa sin causa. El espacio es infinito. El tiempo es eterno. Dios es vida infinita y eterna. El espacio abarca todas las cosas. El tiempo engloba todas las cosas. Yo soy ese Dios, esa vida inespacial, intemporal e incausal. Esto es dar rienda suelta a la imaginación, en un loco intento por descubrir qué soy y qué es Dios.
Soy mudo cuando hablo. Estoy quieto cuando camino. Estoy en reposo cuando trabajo. No hago nada cuando muevo los mundos. Toda dinámica es mía, si bien soy la Verdad estática. Ciertamente soy y no soy. ¿Puedo aplicar esto a mi Dios? No soy otro que no sea El.
Dios es presencia. Dios es ausencia. Es recuerdo. Es olvido. Es yo mismo. Es tú mismo. Cuando Lo miro, me veo. Tengo Su visión cuando aparezco ante mí mismo. Le comprendo cuando me conozco. ¡Cuán amalgamados estamos El y yo! ¿Por qué no concluir diciendo que El y yo somos Uno?

Swami Ramdas.

lunes, 26 de octubre de 2009

Cuando el Conocimiento fué al norte.


El Conocimiento vagó hacia el norte buscando el Tao, sobre el Mar Oscuro, y en lo alto de la Montaña Invisible. Allí en la montaña se encontró con el No-Hacer, el Sin-Palabras.

Preguntó:

"Por favor, señor, ¿me podría informar bajo qué sistema de pensamiento y que técnica de meditación podría aprehender el Tao? ¿Por medio de qué renuncia o que solitario retiro podría reposar en el Tao? ¿Dónde he de comenzar, que camino he de seguir para alcanzar el Tao?"

Tales fueron sus tres preguntas.
No-Hacer, el Sin-Palabras, no respondió. No sólo eso, ¡ni siquiera sabía como responder!

El Conocimiento giró hacia el sur, hacia el Mar Brillante y ascendió la Montaña Luminosa llamada "Fin de la Duda".
Allí se encontró con "Actúa-según-tus-Impulsos", el Inspirado Profeta, y le hizo las mismas preguntas.
"Ah", exclamó el Inspirado, "¡Tengo las respuestas, y te las revelaré!" Pero justo cuando estaba a punto de decirle todo, se le fué de la cabeza.
El Conocimiento no obtuvo respuesta alguna.

De modo que el Conocimiento fué por fin al palacio del emperador Ti, y le hizo sus preguntas a Ti.
Ti replicó:
"Ejercitar el no pensamiento y seguir el no camino de la meditación es el primer paso para empezar a comprender el Tao. No vivir en ninguna parte y no apoyarse en nada es el primer paso para descanzar en el Tao. Empezar desde ninguna parte y no seguir camino alguno es el primer paso para alcanzar el Tao."

El Conocimiento respondió: "Tú sabes esto y ahora yo también lo sé. Pero los otros dos no lo sabían. ¿Qué te parece eso? ¿Quién está en lo cierto?"
Ti replicó:
"Sólo No-Hacer, el Sin-Palabras, estaba absolutamente en lo cierto. Él no sabía. Actúa-según-tus-Impulsos, el Profeta Inspirado, sólo parecía estar en lo cierto porque se le había olvidado. En cuanto a nosotros, no estamos ni siquiera cerca de la verdad dado que tenemos las respuestas".

Porque aquel que sabe no habla,
aquel que habla no sabe.
Y el hombre sabio instruye
sin utilizar las palabras.

Esta historia llegó a los oídos de Actúa-según-tus-Impulsos, que estuvo de acuerdo con la forma de plantearla de Ti.

Que se sepa, No-Hacer jamás oyó hablar sobre el asunto ni hizo comentario alguno.

Chuang Tzu.

viernes, 9 de octubre de 2009

La Fuente.



Cuando uno se refiere a la Fuente, con el nombre que sea, es probable que uno no entienda el significado de lo que se dice: hay un "yo" (que no es) buscando su "verdadera naturaleza", que es la Fuente o el Ser. De lo que hay que darse cuenta verdaderamente es de que uno tiene que librarse de la idea de ambos, el yo y el Ser.
La cuestión es que , la Fuente, el Vacío, que es completa Plenitud, no es Ser, sino No-ser. En otras palabras, lo que tiene que ser intensamente apercibido es la existencia omnipresente de Nada -la Energía que sólo es potencial- y de la que algo puede aparecer: a partir del potencial, la actualización; de la No-manifestación, la manifestación.

El puro Sujeto, la Fuente sin el menor toque de objetividad, nunca puede morir porque no contiene nada que pueda venir a la existencia o extinguirse. Sólo los objetos creados pueden nacer y morir. El puro Sujeto, la Fuente, sólo puede ser Eternidad más allá del concepto de tiempo.

Por la gracia de la Fuente viene, a su debido tiempo, la asombrosa Comprensión de que la vida no es otra cosa que un sueño viviente. Y entonces uno se sume en en abrazo desvanecedor de la Unicidad, en el que se acepta incondicionalmente lo-que-es-en-el-momento.

Por tanto, sólo nuestra desidentificación con una supuesta entidad suspenderá el ejercicio de la volición conceptual y de la conceptualización, que es la causa del aprisionamiento conceptual. Entonces lo que quedaría solo sería una identificación sin volición, por la que el organismo cuerpo-mente funciona según la voluntad de la Fuente (o de acuerdo con la Ley Cósmica), como el actor sobre el escenario. Tal identificación sería, como decía Ramana Maharshi: "Como los remanentes de una cuerda quemada".

Tú no puedes cortar la implicación. Es la Comprensión -la Fuente- la que corta la implicación.

La Fuente se manifiesta a Sí misma como conciencia extendiéndose en el "espacio y en el tiempo" conceptual. En este universo conceptual espacio-tiempo, la Fuente parece dividirse en un sujeto experimentando un objeto. En la manifestación conceptual, la Fuente como conciencia aporta discriminación a través de las relaciones sujeto-objeto entre opuestos interdependientes, como "aceptable e inaceptable", "hermoso y feo", "bueno y malo", "feliz y apenado". Sólo mediante la no-discriminación, la aceptación de la dualidad como base de este universo conceptual fenoménico, la Fuente se sana a sí misma volviendo a su plenitud noumenal.

Ramesh Balsekar.

viernes, 2 de octubre de 2009

Por cierto...


Por cierto que es extraño no habitar más la tierra,
no seguir practicando las costumbres apenas aprendidas,
no dar el significado de un porvenir humano a las rosas
y a tantas otras cosas llenas de promesas;
no seguir siendo lo que uno era
en unas manos infinitamente angustiadas
o incluso dejar de lado el propio nombre
como un juguete destrozado.
Es extraño el no seguir deseando los deseos. Es extraño
ver ondear libre en el espacio todo lo que antes se amarró.
Y el estar muerto es laborioso y tan lleno de recuperaciones
que solo lentamente percibe uno algo de eternidad. Pero los vivos
cometen todos el error de distinguir con demasiada vehemencia.
Los ángeles (se dice) no sabrían a menudo
si andan entre los vivos o los muertos.
A través de ambas regiones el eterno fluir
siempre arrastra consigo a todas las edades, acallándolas.

Rainer Maria Rilke.