lunes, 11 de abril de 2011

esto...


Estoy cuidando a un hombre que padece un cáncer terminal. La enfermedad se ha extendido hasta su próstata y sus testículos, que son ahora del tamaño de pelotas de tenis. Está perdiendo el control de sus esfínteres y por la noche se defeca encima. Reímos y hablamos del partido de fútbol de anoche mientras lavo las heces que ensucian sus gigantescos testículos. No le digo que ahí no hay sufrimiento, no le digo "yo estoy liberado y tú no" y ni siquiera le menciono la no-dualidad. Sencillamente le limpio los testículos. Eso es todo.

Sostengo la mano de una mujer en el hospital. Está muriendo. Su rostro es amarillo y su respiración superficial. El hedor a orina y cloro flota en el aire sobre un tazón de sopa de tomate instantánea que ni siquiera ha tocado. Me veo a mí mismo morir. Morimos juntos en esta solitaria habitación entre flores de plástico y un sopicaldo de tomate. Esto es todo y ella es la cosa más hermosa que jamás haya visto.

Estoy tumbado en una cama de hospital. El cirujano acaba de extirparme un bulto carnoso del ano. Cuando la enfermera quita la gasa que cubre la herida abierta e inflamada, siento como si me clavasen un cuchillo en el ano y luego lo girasen varias veces. Pido algo más de morfina, pero la enfermera me dice que no puede darme más. El universo entero está saturado de dolor.
Un video musical suena con gran estrépito en la televisión que hay junto a mi cama. Entonces el dolor se desvanece súbitamente y se ve reemplazado por la voz de Britney Spears. Sólo queda Britney Spears y una canción titulada Womanizer. Es como si el dolor jamás hubiese estado ahí. Y, si ocurrió, de ello hace ya miles de millones de años... . y le ocurrióa a alguien diferente.

Súbitamente vuelve a presentarse el dolor lacerante. No sabía que fuese posible experimentar tanto dolor. Los ojos se me empañan y casi me desmayo. Luego vuelve de nuevo Britney: "Womanizer, woman-womanizer, you're a womanizer, oh womanizer, Oh, you're a womanizer, baby". El dolor parece moverse al ritmo del movimiento de la danza de Britney.

No hay aquí estabilidad alguna. Nada perdura de un instante al siguiente. Lo único que queda es la crudeza de la experiencia. Puñalada, Britney, puñalada, Britney... el vaivén del universo al respirar.

Jeff Foster.

6 comentarios:

gorka dijo...

Madre mía que sufrimiento...

(z) Victoria dijo...

Sí, cuando en el ahora hay dolor, es duro ...
Gracias Francisco y un abrazo!

Francisco dijo...

Un gran abrazo gorka y (z)Victoria.

Delia dijo...

Sí, la crudeza de la experiencia, que también pasa...
Un abrazo.

Iraide dijo...

Buf....

dAni dijo...

conclusión: ¿cuanto menos se pisen los hospitales mejor? y si se hace que sea con una sonrisa y desapego.