viernes, 9 de octubre de 2009

La Fuente.



Cuando uno se refiere a la Fuente, con el nombre que sea, es probable que uno no entienda el significado de lo que se dice: hay un "yo" (que no es) buscando su "verdadera naturaleza", que es la Fuente o el Ser. De lo que hay que darse cuenta verdaderamente es de que uno tiene que librarse de la idea de ambos, el yo y el Ser.
La cuestión es que , la Fuente, el Vacío, que es completa Plenitud, no es Ser, sino No-ser. En otras palabras, lo que tiene que ser intensamente apercibido es la existencia omnipresente de Nada -la Energía que sólo es potencial- y de la que algo puede aparecer: a partir del potencial, la actualización; de la No-manifestación, la manifestación.

El puro Sujeto, la Fuente sin el menor toque de objetividad, nunca puede morir porque no contiene nada que pueda venir a la existencia o extinguirse. Sólo los objetos creados pueden nacer y morir. El puro Sujeto, la Fuente, sólo puede ser Eternidad más allá del concepto de tiempo.

Por la gracia de la Fuente viene, a su debido tiempo, la asombrosa Comprensión de que la vida no es otra cosa que un sueño viviente. Y entonces uno se sume en en abrazo desvanecedor de la Unicidad, en el que se acepta incondicionalmente lo-que-es-en-el-momento.

Por tanto, sólo nuestra desidentificación con una supuesta entidad suspenderá el ejercicio de la volición conceptual y de la conceptualización, que es la causa del aprisionamiento conceptual. Entonces lo que quedaría solo sería una identificación sin volición, por la que el organismo cuerpo-mente funciona según la voluntad de la Fuente (o de acuerdo con la Ley Cósmica), como el actor sobre el escenario. Tal identificación sería, como decía Ramana Maharshi: "Como los remanentes de una cuerda quemada".

Tú no puedes cortar la implicación. Es la Comprensión -la Fuente- la que corta la implicación.

La Fuente se manifiesta a Sí misma como conciencia extendiéndose en el "espacio y en el tiempo" conceptual. En este universo conceptual espacio-tiempo, la Fuente parece dividirse en un sujeto experimentando un objeto. En la manifestación conceptual, la Fuente como conciencia aporta discriminación a través de las relaciones sujeto-objeto entre opuestos interdependientes, como "aceptable e inaceptable", "hermoso y feo", "bueno y malo", "feliz y apenado". Sólo mediante la no-discriminación, la aceptación de la dualidad como base de este universo conceptual fenoménico, la Fuente se sana a sí misma volviendo a su plenitud noumenal.

Ramesh Balsekar.

5 comentarios:

(z) Victoria dijo...

Hola Francisco: Un esclarecedor texto. Hay una frase: "Tú no puedes cortar la implicación." que al ego le cuesta sobremanera comprender, acostumbrado como está a creer que hace y realiza y a creer en el fondo que él también logrará pasar al otro lado, a la otra orilla; ese "Tú" es en sí mismo el óbstáculo (el velo) para pasar.
Gracias y un abrazo!

José Manuel dijo...

Hola Francisco,
a lo comentado por Z. y complementándolo se puede añadir otro fragmento del texto: "Por la gracia de la Fuente viene, a su debido tiempo, la asombrosa Comprensión...". No se puede dejar más claro la invalidez de la supuesta autoría del "yo" para conseguir algo y, mucho menos, la Comprensión verdadera.
Un abrazo!

anonima dijo...

Siempre estamos hablando de la mente que nos proprciona conocimiento,nos permite teorizar,pero creo que en esta comprensión verdadera cpmo dice JM,interviene la gracia,este conocimiento para que se asiente es porque antes se ha experimentado,cómo sino podría entender de lo que habla Ramesh?,hay una preparación consciente o inconsciente,sucede o no sucede,cómo puedo comprender que habla de la energía que no nace ni muere ,que es eterna?,cómo podemos hablar de la no-dualidad?,porque hay un reconocimiento con el corazón no solo con la mente.Solo nos queda esperar a que la gracia nos bendiga y se funda nuestra mente y desaparezca nuestro ego y cuando yo ya no esté en mí que liberación .Gracias Francisco y perdona por extenderme tanto que últimamente no sé porqué lo hago tanto.Un abrazo!

Sankara dijo...

Hola Francisco.

Magnifico Balsekar.

Hay un "yo" (que no es) buscando su "verdadera naturaleza".

Realmente cuando se sabe que este yo "No es" se encuentra la verdadera naturaleza.

Namasté

Soledad dijo...

La Fuente... Tendemos, como dice Carse, a entificarla, a convertirla en una especie de Dios. Pero, al igual que el cuerpo o el ego, la Fuente no es más que un concepto con el que tratamos de cosificar, de objetualizar la pura impersonalidad. Carse, que es ex cura, afirma que, según su comprensión, todo el asunto es bastante ateo.
Un abrazo.