¿Has notado cómo la belleza te llama? Bueno, realmente, cómo se llama a sí misma. “Hola, ¡estoy aquí!” Se llama a sí misma dentro de ti. A la belleza le encanta ser reconocida por sí misma. La belleza externa llama a la belleza interna, la belleza interna llama a la belleza externa. Externo/interno...uno y lo mismo.
La belleza es instantáneamente reconocida por el corazón...algo dentro dice, “¡ohhhh!” Sea la belleza externa o la interna que se reconoce. Y en ese reconocimiento hay un parar. Parar y notar lo que está/es aquí más allá de la forma de lo que está/es aquí. Tiene lugar un encuentro sagrado. Un encuentro más allá del tiempo, más allá de la forma, más allá de los conceptos, más allá de las etiquetas. La belleza externa señala directamente la belleza interna- la esencia-y se encuentra consigo misma.
¡Una abundancia de belleza está aquí en este planeta! Estoy segura que estáis todos notando esto. Notar lo que está señalando dentro de ti. Sentir la esencia. Sentir la sensación de sin fronteras/límites entre lo que parece ser tú y lo que parece ser ello. Sentir la unidad-el uno y la uniformidad.
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