lunes, 3 de noviembre de 2008

La vivencia lo es todo.


...El pensamiento siempre aparece en escena como "yo", el personaje principal- el que impide el flujo de sucesos con su referencia a sí mismo, reaccionando, haciendo comentarios y siendo emocional respecto a sí mismo-, que se apega a lo que experimenta y siente como "buen yo" y rechaza aquello que juzga como "mal yo": "No quiero se así. Ése no soy yo. No me gusta." Siempre estamos aferrándonos, negándonos o huyendo de nosotros mismos.

¿Dónde estamos justo en este momento? ¿Qué somos? ¿Es posible observar estos siempre cambiantes estados de sentimientos y emociones desapasionadamente sin convertirnos o dejar de convertirnos en sus amos?

La pura presencia es la esencia de lo que realmente somos. No somos esos diferentes estados de ánimo, sentimientos y humores que se suceden uno tras otro. Cuando el pensamiento no se identifica con ninguno de ellos todos llegan y se van como nubes, sin dejar rastro, suavemente.

Estar aquí y ahora es, sencillamente, ver, oír, experimentarlo todo como el zumbido de un avión (un avión pasa sobre nuestras cabezas), sin necesidad de convertirnos en nada. Escuchándolo todo sin convertirnos en oyentes.

¿Qué soy yo, en este instante, sin elavoración mental alguna?

Toni Packer.

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